Las características del pensamiento mágico indican que la cosmovisión de los participantes estará centrada, o girará alrededor, de cierto acontecimiento que sirve como ancla para el resto de su vida. A la vez, este pensamiento mágico suele representarse o materializarse en algún acontecimiento u objeto que se despoja de su naturaleza “asacra” para elevarse sobre el resto de objetos cotidianos.
Así, en el grupo que hemos observado esto se aplica de diferentes maneras: la vestimenta, el ring y el público. En lo respectivo a la vestimenta, cada luchador tiene su propio atuendo, ya sea un disfraz, un short, máscaras o cualquier otra cosa, que lo define e identifica. El punto clave es que no va a definir al luchador en su día a día, sino al alter ego del oficinista, estudiante o trabajador que es quien sube al ring. El atuendo empodera a quien lo usa para poder desechar las leyes y costumbres cotidianas y zambullirse en ese mundo que acepta y se rige mediante reglas diferentes.
Por otro lado tenemos al ring. Ese cuadrilátero representa el espacio principal donde se darán las luchas, dado que a veces los luchadores bajan y desarrollan parte de la pelea en el suelo al nivel del público, y a la vez juega un papel de eje para todo el show: ahí empiezan las peleas, se declara al ganador y es usado para las piruetas y demás artificios del espectáculo.
Por último se tiene al público espectador. Este grupo humano valida las reglas nuevas que se aplican al mundo de la lucha y, hasta cierto punto, valida a los luchadores mismos en la práctica que realizan.
En estos tres aspectos es en donde se manifiesta el pensamiento mágico. El atuendo, el ring y el público se unen para darle sentido a la lucha y a los luchadores. Las personas, sus gritos y barras no son cualquier grupo humano sin sentido, sino se elevan sobre la persona cotidiana para ser el público. De la misma manera el ring no es un simple cuadrilátero, sino un espacio que controla y ayuda a los luchadores y los separa del público común y corriente. Por último, los atuendos hacen más que cualquier traje, sino dividen a la persona entre estas dos representaciones de la misma persona que se encuentran bien divididas. Es el traje que separa a Superman de Clark Kent y a Spiderman de Peter Parker. Así, cuando están en personaje, la ropa, el atuendo y la gente le dan sentido a la vida de los luchadores, de la vida que llevan sobre el tabladillo y en base a esos elementos es que se construye su “alter identidad”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario